Tonificante: es su acción más importante. Los convalecientes, agotados, depresivos, e incluso los ancianos, encontrarán en sus infusiones un estupendo tónico que les devolverá la vitalidad perdida.
Los baños con infusión o decocción, y las fricciones con alcohol o con esencia de romero, tienen un interesante efecto estimulante en caso de hipotensión o de agotamiento físico.
Diurético y antiespasmódico: muy indicado para los cólicos renales cuando se trata de expulsar el cálculo.
Digestivo: sus propiedades colagogas (estimulación de la secreción biliar), de protector y regenerador hepático, y carminativas (eliminación de los gases intestinales), hacen que, tomado después de las comidas, facilite notablemente la digestión.
Sin embargo, quizá sean sus aplicaciones externas las más conocidas de todas, por su gran eficacia:
Vulnerario y antirreumático: tiene una marcada acción antiinflamatoria, que lo hace ideal para friccionar sobre esguinces (torceduras), edemas, así como dolores musculares y reumáticos. Se aplica en fricciones (con alcohol de romero o con su esencia), fomentos o compresas calientes. Estos últimos son muy eficaces pararelajar la musculatura de la espalda y calmar los dolores de la región cervical, dorsal o lumbar.
Cicatrizante y antiséptico: estimula la cicatrización de las heridas, úlceras de la piel y eccemas. Aplicado en forma de gargarismos, cura las aftas bucales (llagas de la boca.)
Modo de empleo Romero Infusión
1-2 cucharadas de postre en una taza de agua recién hervida. Dejar reposar 5 minutos. Tomar 1-3 tazas diarias repartidas durante el día.